Miami Herald
Los sindicatos obreros argentinos, que antaño figuraban entre los más poderosos y pujantes de la América Latina, están gradualmente recuperando protagonismo, a través de crecientes huelgas en demandas de mejoramientos salariales, cuando este país está saliendo de la peor recesión de su historia.
En noviembre se registró el mayor nivel de conflictividad gremial de este año, con 21 protestas sindicales, según un informe del Centro de Estudios Nueva Mayoría, que dirige el sociólogo Rosendo Fraga.
Desde comienzos de la pasada década, primero la privatización de casi todo el sector público de la economía y posteriormente la recesión, debilitaron y pusieron a la defensiva a los gremios obreros, cuya membresía se derrumbó rápidamente.
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