La Opinión

Un hombrecito casi aplastado en brazos de un gigante de mirada suave: la fotografía de este abrazo entre el catalán Joan Miró y el estadounidense Alexander Calder, expuesta en Washington, resume la amistad de 50 años de estos dos artistas traviesos.

Un centenar de obras extrañas, creadas en el período más denso de su amistad, entre los años 20 y fines de los 40, está expuesto hasta el 23 de enero en la Colección Phillips.

Los artistas se conocieron en París, en diciembre de 1928. Miró no hablaba inglés ni Calder castellano, y se entendían en “un francés rudimentario�, recuerda el nieto de Calder, Alexander Rower, quien presentó la exposición junto a su amigo... Joan Punyet Miró, nieto de Miró.

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