Emilio SantamarÃa S.
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Si es usted de las personas que anhelan verse totalmente libre de problemas, déjeme decirle que suele haber un lugar en cada población del mundo, cuyos moradores no los tienen. ¿No me cree usted? Bueno tal vez será mejor que se cerciore usted mismo.
Puede visitar este lugar cuando le plazca. Todo lo que tiene es que preguntar por el cementerio de la localidad. Encontrará ahà los nombres de cientos de personas que ya no tienen que preocuparse por el diario sustento, por las rencillas en el trabajo, por cosas que hicieron y no debieron hacer, o por tantas y tantas cosas por las que usted y yo solemos preocuparnos todos los dÃas.
Pero tampoco tienen ya la oportunidad de resolver esos problemas. Para ellos, como lo será eventualmente para nosotros, ese momento pasó. La deducción es obvia. ¿Tenemos problemas? ¡Pues alegrémonos! Dios nos da la oportunidad de enfrentarlos y sacar provecho de ellos.
Sé que no es fácil comprenderlo, pero talvez la verdad más grande que se ha dicho acerca de todo esto es que “no será el problema en sÃ, sino la respuesta que demos a ese problema, lo que determinará finalmente el resultadoâ€?. En otras palabras, usted puede salir aplastado o fortalecido de su experiencia enfrentando problemas. Dependerá de la actitud que tome al manejarlos.
¿Quiere un ejemplo? ¿Ha oÃdo hablar de una enfermedad llamada escleraderma? Tampoco Virgina Hayler habÃa escuchado la palabra, hasta el terrible dÃa en que se la diagnosticaron. Imagine a una joven madre, recientemente viuda, que sostenÃa a sus hijos con su trabajo de mecanógrafa y de pronto el doctor le dice que hay que amputarle varios dedos de ambas manos para detener la rara infección.
ImagÃnela usted en su cama de hospital, con las manos vendadas, tres hijos parados enfrente y una amiga tras ellos intentando decir algo alentador. Pero no cayó en la autocompasión y habló con su jefa. La empresa necesitaba una analista de costos y estaba dispuesta a preparar a la persona. Le dieron la oportunidad y hoy gana más dinero y se siente más realizada en un trabajo de mayor responsabilidad.
LO NEGATIVO: Soñar con un mundo sin problemas, que realmente no existe.
LO POSITIVO: Saber que Dios no nos dará un problema, sin darnos la posibilidad de resolverlo. Buscar con fe esa posibilidad.
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