La Prensa
Tegucigalpa. Olimpia no impresiona ni es convincente, pero impone su experiencia y contundencia. Apela a ganar como si fuera una norma, una costumbre de grandeza y asà logra sus objetivos. Anoche superó 2-1 a un Valencia que le salió respondón.
Y en ese final, en ese desahogo de gol, quedó definido el Olimpia del presente, ese equipo que ayer conjugó tres verbos: sufrir, ganar y soñar. No pudo sumar el otro: gustar. Pero bastó sacar la casta para superar y sumar tres puntos que lo dejan en la cima con 23 unidades. En este choque difÃcil apareció Everaldo Ferreira porque flaqueó su compañero Marcelo Ferreira.
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